Aprender a tolerar la frustración permite poder enfrentarse de forma positiva a las distintas situaciones que se nos presentan en la vida.
Tener una baja tolerancia a la frustración provoca irritación o sentimientos de tristeza cuando no se obtiene lo que se desea o las personas no se comportan como queremos.
Conocer nuestro cuerpo y saber autogestionarlo de la mejor manera posible es fundamental para que no se produzca una pérdida de nuestro (auto)control.
– ¿Qué nota mi cuerpo?
– ¿Qué pienso?
– ¿Qué hago/cómo actúo?

Nunca es tarde para empezar a conocerse y trabajar nuestras emociones.