Muchxs de vosotrxs ya conocéis el llamado #Gaslight, término utilizado por la película con se mismo nombre que se estrenó en 1944.
La luz de gas, es un tipo de violencia de género psicológica muy sútil, mediante un acoso constante pero indirecto, repetitivo.
La mujer se llega a sentir culpable de las conductas violentas que emite el hombre y duda en todo momento de lo que ocurre porque así se lo han hecho creer.
Al principio, manipula constantemente las interacciones con la pareja. Si ella le recuerda algo del tipo «es que me prometiste tal cosa», él responde con expresiones del tipo «yo no te prometí nada, ¿Por qué te inventas cosas?».
También invalida el punto de vista de la mujer cuando expresa sus sentimientos o se queja de algo…

El proceso convierte a la mujer en una persona insegura, dubitativa, que duda si está diciendo tonterías como le hace creer.
Este tipo de relación tóxica es preocupantemente, muy frecuente entre los jóvenes y lo peor es que es un tipo de violencia tan, tan sútil que es imposible de demostrar ante una jueza o juez.